
El proceso de crear patrones finos en metal se conoce comúnmente como "acabado fino". Implica técnicas para generar líneas finas y alargadas en la superficie metálica, mejorando su textura visual o alterando el brillo.
Diversos metales, como el aluminio, el acero inoxidable y el latón, pueden someterse a este tipo de procesamiento. Los métodos comunes para lograr un acabado fino incluyen:
Método de pulido: Se utilizan herramientas de pulido, como muelas abrasivas o papel de lija, para desgastar la superficie metálica y crear patrones finos. La finura de la textura se puede ajustar según el tamaño del abrasivo utilizado.
Método de cepillado: Se utiliza una máquina cepilladora de metal para estirar tiras metálicas y formar patrones finos y alargados. Este método se aplica a menudo a metales como el acero inoxidable y las aleaciones de cobre.
Método de tratamiento químico: Se utilizan tratamientos químicos especiales, como el grabado ácido, para inducir patrones finos en la superficie metálica. Esto altera la estructura y la apariencia del metal.
Método de procesamiento mecánico: Se utilizan herramientas mecánicas especializadas, como rodillos o cepillos, para procesar la superficie metálica y crear patrones finos. Este proceso puede ser manual o automatizado, según los requisitos de producción.
El resultado final de un acabado fino depende del método de procesamiento, las herramientas y los materiales elegidos.
Esta técnica decorativa se emplea comúnmente en la fabricación de productos de alta gama, joyería, decoración del hogar, etc., para realzar la calidad estética y el valor de los productos terminados.