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En el mecanizado de metales, los procesos de rectificado son cruciales para obtener acabados superficiales precisos y cumplir con los requisitos de la aplicación final. A continuación, se presentan algunas necesidades de diseño comunes que requieren un proceso de rectificado:
Mejora de la Rugosidad Superficial: El rectificado se emplea cuando la rugosidad superficial de las piezas metálicas no cumple con las especificaciones o cuando se necesita un acabado más suave para mejorar la apariencia y la sensación táctil.
Aplicación: En la industria aeroespacial, los álabes de turbinas requieren acabados superficiales precisos para optimizar la aerodinámica y reducir la resistencia. Las operaciones de rectificado se utilizan para lograr la suavidad superficial requerida dentro de tolerancias estrictas.
Precisión Dimensional y Geométrica: El rectificado es crucial para ajustar las dimensiones, las formas y el paralelismo de las piezas y garantizar el cumplimiento de los requisitos de diseño. Esto es especialmente crítico para componentes de alta precisión, como piezas mecánicas y cojinetes.
Aplicación: En la fabricación de automóviles, los cigüeñales exigen alta precisión dimensional y acabado superficial para minimizar la fricción y garantizar el buen funcionamiento del motor. Los procesos de rectificado se emplean para lograr la geometría precisa necesaria para un rendimiento óptimo.
Eliminación de defectos superficiales: Los procesos de mecanizado de metales pueden generar defectos como rebabas, grietas o capas de óxido. El rectificado elimina eficazmente estos defectos, mejorando la calidad y la durabilidad de las piezas.
Aplicación: En la industria de dispositivos médicos, los instrumentos quirúrgicos requieren superficies sin defectos para evitar la contaminación y garantizar la esterilización. Las operaciones de rectificado se utilizan para eliminar cualquier imperfección superficial y garantizar la seguridad y fiabilidad de los instrumentos.
Mejora del acabado superficial: Algunas aplicaciones requieren superficies altamente pulidas, como dispositivos ópticos y espejos reflectantes. El rectificado se emplea para lograr el acabado superficial deseado y reducir la rugosidad superficial.
Aplicación: En la industria de semiconductores, las obleas de silicio requieren superficies ultrasuaves para garantizar procesos de fotolitografía precisos. Las técnicas de rectificado se utilizan para lograr acabados superficiales subnanométricos, esenciales para la fabricación de semiconductores.
Proporcionamiento de texturas superficiales específicas: Ciertos diseños requieren texturas o patrones superficiales específicos para mejorar la fricción, la lubricación o la estética visual. El rectificado puede satisfacer estos requisitos, como las operaciones de pulido o lijado.
Aplicación: En el sector automotriz, los dientes de engranaje se rectifican con texturas superficiales específicas para mejorar el engrane y reducir el ruido. Se emplean procesos de rectificado para lograr el perfil de diente y la rugosidad superficial deseados para un funcionamiento óptimo del engranaje.
Alivio de Tensiones Residuales: El mecanizado de metales genera tensiones residuales que pueden afectar el rendimiento y la estabilidad de la pieza. El rectificado puede aliviar o eliminar estas tensiones residuales, mejorando la estabilidad y la longevidad de la pieza.
Aplicación: En la fabricación de componentes aeroespaciales, como trenes de aterrizaje de aeronaves, las tensiones residuales inducidas durante el mecanizado pueden comprometer la integridad estructural. Los procesos de rectificado se utilizan para aliviar estas tensiones, garantizando la durabilidad y la seguridad de los componentes.
En conclusión, el rectificado es vital en el mecanizado de metales, ya que facilita la satisfacción de diversas necesidades de diseño y requisitos de aplicación para mejorar la calidad, la precisión y el rendimiento de las piezas.