Recubrimiento de conversión química

El recubrimiento de conversión química es un proceso de tratamiento de superficies que se utiliza para mejorar la resistencia a la corrosión de las piezas metálicas.
El proceso implica la aplicación de una solución química, que reacciona con la superficie del metal para formar una fina capa protectora. Este recubrimiento suele ser una capa de conversión de óxido, fosfato o cromato que protege el metal subyacente de la corrosión.
 
La solución química utilizada en el proceso de recubrimiento por conversión normalmente contiene una combinación de ácidos inorgánicos, sales y oxidantes. La solución se aplica a la superficie metálica por inmersión, rociado o cepillado.
 
La cantidad de tiempo que la pieza está en contacto con la solución y la temperatura de la solución variarán según el proceso específico y el espesor deseado del recubrimiento.
 
El recubrimiento resultante suele ser muy delgado, típicamente en el rango de 0,00002 a 0,0005 pulgadas (0,5 a 13 micrones) de espesor. A pesar de su delgadez, el revestimiento proporciona una mejora significativa en la resistencia a la corrosión al crear una barrera entre el metal y el medio ambiente.
 
Ventajas del recubrimiento de conversión química
 
Algunas de las ventajas del recubrimiento de conversión química incluyen:
 
Mejorar la adherencia de pinturas y otros recubrimientos a la superficie metálica.
Proporcionar un recubrimiento uniforme que puede cubrir formas complejas o irregulares.
Mejora la apariencia del metal creando un acabado uniforme.
Siendo un método de tratamiento superficial de costo relativamente bajo.
 
Algunos de los metales comunes que se tratan con recubrimientos de conversión química incluyen aluminio, magnesio y zinc. Estos recubrimientos se usan comúnmente en industrias como la aeroespacial, automotriz y electrónica, donde la resistencia a la corrosión es esencial.